Antes del comienzo, 2002

El amanecer me atrae. Esa sensación entre despertar y estar recién salido de los sueños. El frío que golpea, calles desérticas, ese vacío que invita a estar más con uno mismo. La ciudad que disfruto.
El trabajo muestra a una ciudad que se despierta vacía, en paz y con pocos testigos: faroles que trasnochan hasta que no hay más que alumbrar, charcos que muestran el cielo desde pistas y veredas, humedad, árboles que bailan con el viento que hace temblar a los hombres. Edificios que se desvanecen en la niebla. La intención es documentar esos minutos previos al comienzo del día. Evocar la sensación de no seguir durmiendo pero no haber despertado todavía.

27.9 x 43.2cm gelatina de plata sobre papel baritado.